miércoles, 3 de febrero de 2016

TESIS DOCTORAL

El pasado 29 de enero, a las 12,00 horas, tuvo lugar la defensa de mi tesis doctoral PROTAGONISTA Y TESTIGO. BIOGRAFÍA POLÍTICA DE JUAN SIMEÓN VIDARTE, diputado por Badajoz durante la Segunda República española. 

Rodeado de mi mujer, familiares, antiguos compañeros de Facultad y algunos amigos, además de los profesores Moradiellos y Sánchez Barrado, del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, viví un acto académico muy importante para mí. Hace ya varios siglos que viene celebrándose este acto solemne, importante tanto para el doctorando como para la Universidad. No es una mera formulación retórica, pero para mí fue un verdadero honor ocupar esa cátedra ilustre. En 1905 escribía don Fernando de los Ríos desde Barcelona a su tío Francisco Giner de los Ríos una carta en los siguientes términos: "Ansío llegue la época de estar a su lado; son muchas las razones porque lo deseo. Cada vez siento un entusiasmo más hondo por la investigación y el estudio y sólo me desespera lo mucho que ignoro". La escritora y feminista María Lejárraga confesaba que "me gusta apasionadamente aprender". Y Santa Teresa, de la que acabamos de celebrar el V Centenario de su nacimiento, afirmaba: "Gran cosa es el saber y las letras para todos(...)".

Pues bien, aunque el aprendizaje pueda producirse de manera audodidacta(caso de la citada Santa Teresa, quien nunca llegó a pisar las aulas), la Universidad, dejando a un lado algunas lacras que la aquejan, es el santa sanctorum por excelencia de la investigación y de la ciencia. Con la lectura de la tesis rendimos tributo a este espíritu.


Al dedicarme a la enseñanza en su nivel de Secundaria(a veces con alumnos con necesidades educativas especiales) me veo obligado a presentar la Historia con grandes trazos, con letra gruesa, digamos, y con un vocabulario muy sencillo, coloquial casi. Por eso, los cursos de Doctorado primero y la elaboración de la Tesis después supusieron no ya un mantenimiento sino incluso una elevación de mi nivel académico.

Sin llegar al entusiasmo por la investigación que sentían don Fernando de los Ríos y doña María Lejárraga, reconozco que la tesis(que concluímos con el acto de la lectura de la misma) supuso para mí, además de la culminación de mis estudios universitarios, la apertura de un horizonte académico de rigor y seriedad, un verdadero oásis en tiempos de banalización de la cultura. 

El Tribunal estuvo compuesto por los catedráticos y doctores D. Juan García Pérez, como presidente, y D. Julián Chaves Palacios como secretario, ambos de la Universidad de Extremadura. También, como vocales,  D. Ricardo Martín de la Guardia, de la Universidad de Valladolid, D. Mariano Díez Cano, de la Universidad de Salamanca, y D. Leandro Álvarez Rey, de la Universidad de Sevilla, Les quedo a todos ellos muy agradecido por haberme otorgado la calificación de Sobresaliente Cum Laude, tal vez inmerecida. El director de la tesis fue el catedrático y doctor D. Fernando Sánchez Marroyo, de la Universidad de Extremadura. El acto solemne duró desde las 12,00 horas hasta las 15,30. Al final del mismo, fue inolvidable para mí la comida a que invité a los miembros del tribunal y al director de la tesis en Átrio, en la parte antigua de Cáceres.